D.O. Montsant

LA MONTAÑA SANTA DE LOS EREMITAS

Las tierras comprendidas en lo que hoy día es la DO Montsant, han sido testigo histórico de una armoniosa convivencia entre la actividad del hombre y el respeto por el medio en el que se desenvolvía. Como nos indica su propio nombre es un lugar santo que destila espiritualidad.

Por algo esta sierra ha sido, y podríamos decir que aún es hoy, refugio para personas que han querido dar un sentido místico a sus vidas. Ejemplo de ello son los numerosos eremitas que poblaban estas montañas, en las que en cualquier rincón podemos encontrar ermitas, capillas y cuevas.

En tiempos de los romanos ya se elaboraba vino en estas tierras, pero podemos asegurar que fueron los monjes cartujos quienes desde finales del siglo XII impulsaron de verdad el cultivo de la vid en toda la comarca.

Durante siglos fue continuado el trasiego de vino a través de los caminos cartujanos hacia los pueblos y monasterios del entorno e incluso su comercio desde Reus hacia Francia, con destino a los negociantes de vino del Rosellón y Burdeos, lo que permitió que durante el siglo XIX y hasta la entrada de la filoxera en la comarca, a principios del siglo XX, los vinos de Montsant consiguieran un gran reconocimiento internacional en las diferentes exposiciones universales de la época.

Es por lo tanto una tierra donde siempre han estado unidos paisaje y vino. Con la creación en 2001 de la DO Montsant, se está dando un nuevo impulso a esta actividad económica de la que viven hoy día casi una veintena de municipios.

Fruto de una tradición centenaria

La superficie cultivada no llega a las 2.000 Has, con una producción global de casi 10 millones de kilos de uva. Más del 50% se embotella con destino a la exportación, siendo USA y Alemania los principales países consumidores.

Fieles al vínculo con el territorio, la identidad de los vinos proviene de una apuesta clara por las variedades autóctonas, principalmente la garnacha (35%) y la uva mazuelo, también conocida como cariñena (30%). El 90% de los vinos elaborados son tintos y el disponer de suelos más frescos, hacen que el matiz de la variedad esté más presente. Como dicen los entendidos, donde se ha conservado la identidad varietal, la calidad de un vino tinto es superior a otras zonas donde no se ha respetado esto.

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D.O. MONTSANT

Un legado divino: El camino hacia la perfección. Vino singular fruto de una tradición centenaria y reflejo del territorio.

Montsant: Espiritualidad y vino unidos en un entorno privilegiado