Las duras condiciones de vida de la comarca, con suelos pobres, falta de agua, relieve abrupto y pueblos aislados, marcan el carácter de sus gentes.
Tierra de grandes contrastes donde hasta hace bien poco la única manera de moverse y comunicarse, era a través de un complejo entramado senderos (“corriols” en catalán) que nos transportan a otros tiempos en los que hombre y bestia (mula) eran uno. Inseparables compañeros de fatigas que enfrentaban tozudez con tenacidad, terquedad con constancia.

El ritmo no lo marcaban los relojes ni las agendas, sino la noche y el día, el clima y las estaciones, trabajo y de nuevo trabajo, hasta que por fin llegaba un momento de celebración, efímero pero intenso: un nacimiento, una boda, una fiesta… la vendimia.

Breves momentos de disfrute donde nunca faltaba un buen vino para celebrar y cantar en compañía de los más allegados, vecinos de las aldeas cercanas, unidos entre sí por esa red de “Corriols” que entre todos debían además cuidar, mantener y reparar para seguir comunicados.

Trabajo, esfuerzo, calor y fatiga, tenacidad y constancia, pero como resultado también alegría y disfrute… son estos los elementos que hemos querido reflejar en nuestra gama de vinos. Clos Corriol es un paseo fresco, sin complejos, por los múltiples senderos que atraviesan el Priorat.

Partiendo de variedades blancas y tintas de viñedos seleccionados, hemos podido elaborar una colección completa: tinto, blanco y rosado, siendo estos últimos vinos nada habituales en la denominación, pero que consideramos merecen la pena por su atipicidad.

Vinos frescos, de altura, aromáticos y bien estructurados, que captan los matices frutales y florales de las variedades que lo componen y de su entorno, el frescor de las nieblas que, aprovechando los barrancos que salpican la sierra, cubren la viña aportando ese toque de frescura que tanto añoran los viñedos del Priorat.

Una gama especial y sugerente, pero que conserva el marcado carácter de su tierra: complejidad, cuerpo, persistencia y graduaciones considerables. Clos Corriol es la mejor manera de adentrarse en los inescrutables caminos del Priorat, ya sea para consumo habitual como para los momentos más especiales.