Las heladas y la sequía han afectado a la cosecha mermando la producción.
Según datos del Consejo Regulador de Rioja, la producción total de uva se situará, a falta del recuento final, en torno a los 349 millones de kg., en la que será la cosecha más temprana de la historia y una de las más complicadas de los últimos años.
2017 ha sido un año marcado sobre todo por los efectos de la helada primaveral y la posterior sequía, con altas temperaturas en verano, si bien es cierto que las lluvias del mes de agosto ayudaron a completar la maduración y que gracias a la realización de una vendimia selectiva en todo el territorio se han podido obtener resultados satisfactorios en cuanto a calidad.
“Los descubes de las primeras uvas muestran aromas estupendos y vinos con estructura, color y polifenoles adecuados” según Pablo Franco, responsable de Control del Consejo Regulador, lo que hace que las primeras impresiones sobre la calidad de los vinos elaborados sean muy optimistas.
La cantidad recolectada supone una caída del 20 % sobre el año anterior, aproximadamente 90 millones de kilos menos, pero se considera suficiente para mantener el equilibrio en Rioja.